Niños y perros: Cómo conseguir una buena convivencia
Consejos sencillos y fáciles de aplicar para que los niños y los perros tengan una buena convivencia en casa y no se produzcan accidentes entre ellos.
La convivencia entre niños/as y perros suele ser siempre amistosa y de alguna manera protectora, si bien los perros suelen ser bastante cariñosos con los niños. Es más, si ya estaban en casa antes de que llegara el bebé, se convierten de alguna manera en sus protectores y siempre están pendientes de que nada les pase.
Pero claro, teniendo niños pequeños en casa, es posible que a veces estos quieran jugar con el perro como si este fuera un juguete y este como animal que es, puede que se acabe revolviendo y escapando de las «garras» del niño. Veamos entonces cómo conseguir una buena convivencia entre los niños y los perros.
Niños y perros: Cómo conseguir una buena convivencia
Lo más importante de todo, es evitar que el niño irrite al perro con actitudes equivocadas, ya que aunque sus intenciones pueden parecer cariñosas, podrían desencadenar reacciones repentinas y violentas en el animal . Ya a la edad de 4 o 5 años es posible hacerle entender, en palabras simples, que los animales no son juguetes y, por lo tanto, deben ser tratados con delicadeza y atención .
Veamos entonces algunas reglas básicas para garantizar la convivencia entre los niños y el perro:
- Durante la comida, el niño nunca debe molestar al animal, de hecho, lo que debemos hacer es colocar el tazón del perro en una habitación tranquila y separada. Tanto para el tazón con su comida, como para el que se usa para que beba agua.
- «No despiertes al perro que duerme» dice el refrán, y esta es la segunda regla de oro para nuestros hijos, que deben entender que los perros no deben ser molestados mientras descansan o duermen, algo que por otro lado puede que hagan durante muchas horas a lo largo del día, de modo que si el niño quiere jugar al perro es mejor que le llame o le ofrezca algún premio antes que despertarle de forma brusca tirándose encima o tirando de él.
- Respetar los espacios . Nuestro perro también tiene su espacio, un territorio formado por su cama o caseta, su almohada,o su manta que debe ser sagrada, y el niño no la debe tocar pero a su vez, el perro también debe estar educado para que no entre en el dormitorio de los niños y tampoco que toque los juguetes de estos.
- Importante es también explicar a los niños cómo sujetar al perro con una correa correctamente, en lugares públicos es esencial, por lo tanto, es bueno que los niños aprendan inmediatamente a usarla sin riesgo.
- Por otro lado, será bueno que los niños no se acerquen a un perro desconocido sino que deben saber que solo pueden acariciarlo en presencia y con el consentimiento del dueño y con la mayor precaución.
- También será bueno que enseñemos a los niños a que no peguen, ni le griten a un perro, y tampoco, que les hagan gestos o movimientos bruscos.
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